
VeriFactu para autónomos en 2026: la guía más completa
📑 Contenido de la guía
- Introducción
- Qué es VeriFactu
- Marco normativo oficial
- Calendario de implantación
- Cómo funciona VeriFactu paso a paso
- FacturaE explicado a fondo
- Impacto en los impuestos de los autónomos
- Conclusión
VeriFactu para autónomos en 2026: introducción
La factura electrónica será obligatoria en España para autónomos y pymes a partir de 2026. Esta medida, impulsada por la Ley Crea y Crece y el Real Decreto 1007/2023, no es opcional: todos los profesionales deberán emitir facturas en formato electrónico y registrarlas en el sistema VeriFactu de la Agencia Tributaria. Esta obligación no es un simple trámite administrativo más, sino una transformación estructural que va a cambiar la forma en la que los profesionales por cuenta propia emiten, gestionan y registran sus facturas. Hasta ahora, un autónomo podía emitir una factura en papel, en PDF o incluso en una plantilla de Excel, siempre que incluyera los datos exigidos por la normativa: número correlativo, fecha, datos fiscales del emisor y del receptor, concepto, impuestos aplicables y total de la operación. Sin embargo, este modelo será cosa del pasado. Con la entrada en vigor del Real Decreto 1007/2023, que regula los requisitos de los programas de facturación, y la aplicación de la Ley Crea y Crece (Ley 18/2022), la única forma válida de facturación será la electrónica en formato homologado, transmitida en tiempo real a los servidores de la Agencia Tributaria a través de VeriFactu.
Para entender la magnitud del cambio conviene situarlo en contexto. España lleva años trabajando en la digitalización de sus procesos tributarios. Iniciativas como el Suministro Inmediato de Información (SII) para el IVA ya supusieron en su día un paso importante para grandes empresas, obligándolas a enviar sus registros de facturación en apenas unos días. VeriFactu da un paso más: extiende esa obligación a todos los autónomos y pymes, sin importar tamaño, sector o volumen de ingresos, y además lo hace en tiempo real. Esto significa que cada factura emitida se validará en el mismo instante en que se genera, sin posibilidad de alteración posterior. Desde el punto de vista de la Agencia Tributaria, este sistema refuerza el control sobre el fraude y la economía sumergida, al eliminar la emisión de facturas “en B” o la manipulación de libros de facturas. Desde el punto de vista del autónomo, supone tanto un reto como una oportunidad: un reto porque obliga a cambiar la manera de trabajar y adoptar nuevas herramientas tecnológicas, y una oportunidad porque simplifica procesos, aumenta la profesionalidad y reduce los errores en la gestión fiscal.
Conviene aclarar qué es y qué no es VeriFactu. No se trata de un software que el autónomo instale en su ordenador para emitir facturas. Tampoco es una aplicación de uso voluntario que cada profesional pueda decidir si utilizar o no. VeriFactu es un sistema de control centralizado de la Agencia Tributaria, al que deberán conectarse todos los programas de facturación homologados. Dicho de otra forma, cuando un autónomo emite una factura con un software compatible, este genera un fichero en formato electrónico estructurado (normalmente en FacturaE, el estándar oficial español basado en XML) y lo transmite automáticamente a VeriFactu en el mismo momento de su expedición. La factura queda así registrada en Hacienda de manera inalterable. El cliente recibe la factura como siempre, en PDF o en su buzón electrónico, pero la AEAT ya dispone de todos los datos relevantes. Este mecanismo asegura la autenticidad del documento, su integridad y su trazabilidad a lo largo del tiempo.
Para los autónomos, la obligación de utilizar VeriFactu significa, en la práctica, que ya no será posible emitir facturas desde plantillas de Word o Excel, ni enviar simples PDFs a clientes. Tampoco bastará con imprimir una factura en papel y guardarla en una carpeta. A partir de 2026, cualquier factura que no cumpla con los requisitos técnicos de VeriFactu carecerá de validez legal. Esto no solo afecta a la relación con Hacienda, sino también a la relación con clientes y proveedores: es previsible que muchos clientes rechacen facturas que no estén registradas en VeriFactu, ya que ellos mismos no podrían deducir el gasto o justificarlo ante la Administración. Por tanto, la transición hacia la facturación electrónica integrada no es una opción ni un capricho legislativo: es una condición imprescindible para poder seguir trabajando de forma legal y competitiva en el mercado español.
El impacto de VeriFactu va más allá de la simple emisión de facturas. Su introducción cambiará la forma en la que los autónomos gestionan sus impuestos. Con todas las facturas registradas en tiempo real, Hacienda tendrá acceso inmediato a la información necesaria para el cálculo del IVA y del IRPF. Esto implica que declaraciones como el Modelo 303 de IVA trimestral estarán mucho más vigiladas y cruzadas con la información de clientes y proveedores. En el futuro, no se descarta que el sistema permita a la propia Agencia Tributaria ofrecer borradores de autoliquidaciones de IVA, del mismo modo que ya lo hace con la declaración de la renta. Esto reducirá el margen de error para los autónomos, pero también obligará a llevar una gestión extremadamente ordenada, ya que cualquier discrepancia será detectada al instante. En consecuencia, VeriFactu no solo es un sistema de facturación, sino también un nuevo modelo de control fiscal que va a redefinir la relación entre autónomos y Hacienda.
En esta guía vamos a analizar en profundidad qué es VeriFactu, cómo funciona, qué exige la normativa y qué implicaciones tiene para los autónomos a partir de 2026. Explicaremos también la diferencia entre factura digital y factura electrónica, el papel del formato FacturaE, el calendario oficial de implantación, las ventajas y desventajas del sistema, y las posibles sanciones en caso de incumplimiento. Además, exploraremos cómo afecta VeriFactu al Modelo 303 de IVA trimestral, cuáles son las opciones para adaptarse (desde certificado digital hasta software SaaS especializado) y qué características debe tener un programa de facturación homologado. Finalmente, veremos cómo Factibo, la solución SaaS diseñada para autónomos, permite cumplir con la normativa de manera sencilla y aprovechar esta obligación como una oportunidad para profesionalizar la gestión del negocio. Esta introducción no es más que el punto de partida: a lo largo de la guía encontrarás información práctica, normativa oficial y consejos para anticiparte al cambio y llegar preparado a 2026.
¿Qué es VeriFactu en detalle?
Muchos autónomos todavía confunden la factura digital con la factura electrónica. Un simple PDF no es suficiente: a partir de 2026, será obligatorio emitir facturas en formato estructurado. Para profundizar en este tema, puedes revisar nuestra Guía definitiva sobre factura electrónica para autónomos.
Cuando hablamos de VeriFactu no nos referimos a un programa informático que los autónomos puedan descargar o instalar, sino a un sistema de control centralizado que forma parte de la estrategia de digitalización y lucha contra el fraude fiscal de la Agencia Tributaria. Su nombre completo es “Verificación de Facturas” y, en esencia, consiste en un repositorio de datos gestionado por la AEAT al que todos los programas de facturación deberán enviar la información de cada factura emitida en el mismo momento en que se genera. Esto implica que la Agencia Tributaria tendrá acceso inmediato a los datos de facturación de cualquier autónomo en España, sin necesidad de esperar a declaraciones periódicas ni a inspecciones posteriores para detectar posibles irregularidades.
El origen de VeriFactu se encuentra en la Ley 18/2022, de Creación y Crecimiento de Empresas, más conocida como la Ley Crea y Crece, que introdujo la obligatoriedad de la factura electrónica en todas las operaciones entre empresas y autónomos. Esta ley, publicada en el BOE en septiembre de 2022, establece que la facturación electrónica no será una opción, sino la única forma válida de documentar operaciones económicas en el tejido empresarial español. A partir de ahí, el Real Decreto 1007/2023, de 5 de diciembre, desarrolló los requisitos técnicos que deben cumplir los sistemas y programas informáticos de facturación, sentando las bases para la creación de VeriFactu. En dicho reglamento se especifica que los programas deberán garantizar la integridad, conservación, accesibilidad, legibilidad, trazabilidad e inalterabilidad de los registros, además de impedir alteraciones posteriores. Todo ello con el fin de reforzar la transparencia fiscal y ofrecer a Hacienda una visión en tiempo real de la facturación en España.
Uno de los aspectos que más dudas genera entre los autónomos es la diferencia entre factura digital y factura electrónica. Hasta ahora, muchos profesionales utilizaban plantillas en Word o Excel y enviaban la factura en PDF a sus clientes por correo electrónico. A esto se le suele llamar “factura digital”, pero carece de valor legal frente a Hacienda más allá de ser un documento digitalizado. La factura electrónica, en cambio, es un documento con formato estructurado (en España, el estándar es FacturaE) que garantiza tres requisitos fundamentales: la autenticidad del emisor, la integridad de los datos y la legibilidad del documento en el tiempo. Mientras que un PDF puede alterarse fácilmente o no cumplir con los requisitos de trazabilidad, una factura electrónica validada en FacturaE queda registrada de forma segura y no puede modificarse sin dejar rastro. VeriFactu, en este contexto, actúa como el sistema que recibe, valida y conserva esas facturas electrónicas, asegurando que cada documento tiene plena validez fiscal.
La creación de VeriFactu responde también a un objetivo claro de la Agencia Tributaria: reducir la economía sumergida y evitar la manipulación de facturas. En España, el uso de software de doble uso —programas que permiten llevar una contabilidad oficial y otra paralela para ocultar ingresos— ha sido un problema recurrente. El Real Decreto 1007/2023 prohíbe expresamente este tipo de software y establece sanciones para quienes lo utilicen. VeriFactu cierra la puerta a estas prácticas, ya que cada factura queda registrada automáticamente en Hacienda, lo que impide que un autónomo emita una factura “en B” o modifique un documento ya expedido. De esta forma, el sistema no solo protege a la Administración frente al fraude, sino que también ofrece seguridad jurídica al autónomo que trabaja de manera transparente y ordenada.
Desde el punto de vista técnico, VeriFactu funcionará como un intermediario obligatorio: el autónomo emite su factura en un programa homologado, el programa genera un archivo en formato XML siguiendo la estructura FacturaE, y ese archivo se transmite automáticamente a los servidores de la AEAT. El cliente recibe la factura como de costumbre, ya sea en PDF o a través de un portal electrónico, pero Hacienda ya ha registrado toda la información relevante: importe, IVA, IRPF, identificación fiscal de emisor y receptor, fecha de expedición, número de factura y descripción de la operación. El autónomo conserva la factura en su propio sistema, pero la Administración dispone desde ese mismo instante de una copia validada. Esto garantiza la trazabilidad completa del proceso y elimina los huecos legales que hasta ahora permitían discrecionalidad en la facturación.
Para los autónomos, la principal consecuencia de todo esto es que se acabó la flexibilidad de los sistemas tradicionales. No bastará con guardar facturas en carpetas físicas ni con utilizar herramientas improvisadas. A partir de 2026, será imprescindible contar con un software de facturación certificado y conectado a VeriFactu. Esto supone un cambio cultural importante, porque obliga a digitalizar la gestión del negocio incluso a quienes llevan años trabajando de forma manual o con métodos poco estructurados. El autónomo deberá asegurarse de que su software cumple con los requisitos de la AEAT, lo que incluye la generación automática de facturas en FacturaE, el envío inmediato a VeriFactu y la conservación segura de los registros durante el plazo legal establecido (generalmente cuatro años, que es el período de prescripción de las obligaciones tributarias en España).
En definitiva, VeriFactu es mucho más que un simple sistema técnico. Es un nuevo paradigma en la relación entre Hacienda y los autónomos, en el que la Administración tendrá visibilidad total de la facturación en tiempo real y el autónomo deberá trabajar con herramientas digitales homologadas. Aunque este cambio pueda generar cierta resistencia inicial, es importante entender que su implantación no solo responde a un interés recaudatorio, sino también a la necesidad de modernizar la economía española, reducir la morosidad, simplificar la gestión administrativa y situar a las pequeñas empresas y profesionales en un entorno digital equiparable al de otros países europeos. Para los autónomos, el reto consiste en adaptarse cuanto antes y aprovechar esta transición para profesionalizar su gestión, ganar eficiencia y evitar sanciones que, a partir de 2026, serán inevitables para quienes no cumplan con la normativa.
Marco normativo oficial de VeriFactu
Para comprender de verdad qué significa VeriFactu y por qué será obligatorio a partir de 2026, es imprescindible analizar el marco legal que lo sustenta. No se trata de una ocurrencia puntual de la Agencia Tributaria, sino de una reforma enmarcada dentro de la estrategia de digitalización de la economía española y alineada con las directivas europeas sobre facturación electrónica y lucha contra el fraude fiscal. Dos son las normas clave: la Ley 18/2022, de Creación y Crecimiento de Empresas (Ley Crea y Crece) y el Real Decreto 1007/2023, que regula los requisitos de los sistemas y programas informáticos de facturación. Ambas configuran el marco legal en el que se inserta VeriFactu y explican por qué ningún autónomo podrá quedar al margen del sistema.
La Ley Crea y Crece: obligatoriedad de la factura electrónica
La Ley 18/2022, publicada en el BOE el 29 de septiembre de 2022, introdujo una serie de medidas para facilitar la creación de empresas, fomentar su crecimiento y combatir la morosidad en las transacciones comerciales. Uno de los puntos más relevantes es la obligatoriedad de la factura electrónica en todas las operaciones entre empresarios y profesionales, sin importar su tamaño o sector. Hasta ese momento, la factura electrónica era obligatoria únicamente en las relaciones con la Administración Pública (B2G), pero opcional en el ámbito privado (B2B y B2C). Con la Ley Crea y Crece, esa situación cambia radicalmente: a partir de su entrada en vigor, todos los autónomos y empresas deberán facturar de manera electrónica cuando se relacionen con otros empresarios o profesionales.
El objetivo declarado de la ley es doble. Por un lado, fomentar la digitalización del tejido empresarial español, ya que la factura electrónica mejora la eficiencia, reduce costes y acelera los cobros. Por otro, garantizar mayor transparencia en las operaciones económicas, evitando retrasos en los pagos y facilitando el control de los plazos de cobro y de los impuestos asociados. Para los autónomos, esto significa que no habrá alternativa: la factura electrónica no será una opción tecnológica a valorar, sino un requisito legal que marcará la forma en la que deben documentar cada operación a partir de 2026.
El Real Decreto 1007/2023: requisitos técnicos de la facturación
La Ley Crea y Crece estableció la obligación general, pero fue el Real Decreto 1007/2023, de 5 de diciembre, el que concretó cómo debía cumplirse esa obligación. Este reglamento desarrolla los requisitos técnicos que deben cumplir todos los sistemas y programas informáticos de facturación y define el papel de VeriFactu como repositorio central de la Agencia Tributaria. El real decreto establece, entre otras cuestiones, que los programas deberán garantizar los principios de integridad, conservación, accesibilidad, legibilidad, trazabilidad e inalterabilidad de los registros de facturación. Estos principios, conocidos como requisitos “ICALTI”, son la base de la seguridad jurídica del sistema: se busca que ninguna factura pueda ser borrada, modificada o sustituida sin dejar rastro.
Uno de los puntos más importantes del Real Decreto 1007/2023 es la prohibición expresa del software de doble uso. Hasta ahora, existían programas que permitían llevar dos contabilidades paralelas: una “oficial” para Hacienda y otra interna en la que podían ocultarse determinados ingresos. Esta práctica alimentaba la economía sumergida y generaba desigualdad competitiva entre quienes declaraban todos sus ingresos y quienes no. Con la nueva normativa, el uso de software de doble uso pasa a estar perseguido y sancionado, con multas que pueden ascender a 50.000 euros por ejercicio. En la práctica, esto obliga a los autónomos a utilizar exclusivamente programas homologados por la Agencia Tributaria, que deberán estar diseñados para conectarse con VeriFactu y transmitir la información de las facturas en tiempo real.
La conexión con VeriFactu: obligación ineludible
El Real Decreto 1007/2023 no solo regula cómo deben crearse las facturas, sino que también establece que estas deberán ser transmitidas a VeriFactu en el momento de su expedición. Este envío automático es lo que diferencia al nuevo modelo de cualquier otro sistema anterior. Ya no bastará con generar una factura en formato electrónico y guardarla en el ordenador: será necesario que el programa de facturación la envíe a la Agencia Tributaria en el mismo instante de su creación. Esto garantiza que la Administración dispone de la información desde el primer momento, sin posibilidad de manipulación posterior. Para los autónomos, la consecuencia es clara: cualquier programa de facturación que no tenga esta conexión no será válido a efectos legales.
Relación con la normativa europea
Conviene destacar que España no actúa en solitario en este proceso. La Unión Europea lleva años impulsando la generalización de la factura electrónica como mecanismo para aumentar la transparencia y reducir el fraude en el IVA. La directiva europea sobre facturación electrónica en operaciones B2G ya obligó a los Estados miembros a adoptar sistemas de facturación electrónica en sus relaciones con la Administración Pública. El siguiente paso es extender la factura electrónica a las operaciones B2B y B2C, y en este sentido, España ha decidido adelantarse a otros países con una normativa más estricta. VeriFactu, por tanto, no es una anomalía, sino parte de un movimiento europeo hacia la digitalización tributaria.
Implicaciones prácticas para los autónomos
La normativa es clara: a partir de 2026, todos los autónomos deberán emitir facturas electrónicas en formato homologado y transmitirlas automáticamente a VeriFactu. Esto significa que no podrán seguir utilizando plantillas manuales, ni programas antiguos que no cumplan con los requisitos técnicos. Tampoco podrán elegir si enviar o no las facturas a Hacienda: el envío será automático y obligatorio. En la práctica, esto obliga a cada autónomo a revisar su sistema de facturación y asegurarse de que utiliza un software homologado. Aquellos que no se adapten a tiempo se enfrentarán a sanciones, problemas fiscales y dificultades para que sus clientes acepten sus facturas como documentos válidos.
En resumen, la combinación de la Ley Crea y Crece y el Real Decreto 1007/2023 configura un nuevo escenario en el que la facturación electrónica ya no es un complemento opcional, sino el único camino posible para trabajar de manera legal en España. VeriFactu será el engranaje central de este modelo, y su cumplimiento resultará ineludible para todos los autónomos a partir de 2026.
Calendario de implantación y a quién afecta VeriFactu
Uno de los aspectos que más preocupa a los autónomos en relación con VeriFactu es cuándo exactamente deberán empezar a utilizarlo y si existen diferencias en los plazos según el tamaño de la empresa o el volumen de facturación. La realidad es que el calendario de implantación ha sido diseñado de manera progresiva, con la idea de que las grandes empresas se adapten primero y sirvan de precedente para el resto del tejido empresarial. De este modo, se busca que el proceso sea más gradual y que los autónomos y pymes dispongan de más tiempo para prepararse. Sin embargo, es fundamental entender que el calendario no ofrece vías de escape: antes o después, absolutamente todos los autónomos deberán integrarse en el sistema. Es decir, aunque algunos puedan pensar que esta normativa solo afecta a grandes compañías, lo cierto es que en 2026 no habrá excepción: ningún autónomo podrá seguir facturando fuera de VeriFactu.
Grandes empresas: la primera fase (2025)
El primer grupo en el que se implantará la obligación de emitir factura electrónica y transmitirla a VeriFactu será el de las grandes empresas, entendiendo como tales aquellas cuya facturación anual supere los 8 millones de euros. Para estas compañías, la obligatoriedad entra en vigor en 2025, lo que significa que disponen de un margen menor de adaptación. La razón es evidente: las grandes empresas cuentan con más recursos técnicos, financieros y humanos para implementar los cambios que exige la normativa. Además, muchas de ellas ya estaban obligadas a remitir información prácticamente en tiempo real a la Agencia Tributaria a través del sistema SII (Suministro Inmediato de Información del IVA). En ese sentido, el salto hacia VeriFactu, aunque complejo, resulta más asumible para organizaciones con estructuras avanzadas.
La experiencia de estas grandes empresas será clave para la administración, ya que servirá como banco de pruebas del sistema. La Agencia Tributaria podrá ajustar procedimientos, corregir posibles incidencias técnicas y optimizar la plataforma de cara a la incorporación de los autónomos y pymes. No obstante, esto no debe interpretarse como un periodo de “experimentación” sin consecuencias, puesto que para estas empresas el cumplimiento será exigible desde el primer momento.
Pymes y autónomos: la fase general (2026)
El grueso del tejido empresarial español está compuesto por pymes y autónomos, que representan más del 95 % de las empresas en el país. Para este colectivo, la obligación general de utilizar factura electrónica conectada a VeriFactu comenzará en 2026. Esto significa que a partir de ese año, tanto un profesional independiente que emite apenas unas decenas de facturas al año como una pyme con varios empleados estarán obligados a adoptar sistemas de facturación homologados y conectados a la Agencia Tributaria. No habrá diferencias por volumen de facturación ni por sector: un diseñador freelance, un fontanero, un abogado, un fotógrafo, un pequeño comercio o una asesoría tendrán exactamente las mismas obligaciones.
Este punto es crucial porque desmonta la idea de que los autónomos podrán seguir funcionando como hasta ahora con plantillas en Excel o facturas en papel. A partir de 2026, esas prácticas quedarán completamente fuera de la legalidad. En la práctica, esto obligará a miles de profesionales que todavía no han dado el salto digital a hacerlo de forma definitiva. Para muchos supondrá un esfuerzo inicial en términos de adaptación, pero también una oportunidad de modernizar su negocio y alinearse con prácticas más profesionales y eficientes.
¿Y los clientes particulares?
Una pregunta habitual es qué ocurre con las facturas que un autónomo emite a un cliente particular. La Ley Crea y Crece establece que la factura electrónica será obligatoria en las relaciones entre empresarios y profesionales (B2B). Sin embargo, en el caso de facturas emitidas a consumidores finales (B2C), como puede ser un cliente particular que contrata un servicio puntual, la normativa todavía no obliga a que esa factura se emita en formato electrónico estructurado. Aun así, los autónomos seguirán estando obligados a registrar sus ingresos en sistemas homologados conectados a VeriFactu, lo que significa que esas facturas también deberán pasar por el sistema aunque el receptor sea un particular. Es decir, el autónomo podrá entregar un PDF o un recibo a su cliente final, pero Hacienda recibirá igualmente la información de la operación.
Periodo de transición y adaptación
Aunque el calendario oficial fija 2026 como la fecha de obligatoriedad general para autónomos y pymes, es previsible que exista un periodo de transición durante el cual Hacienda sea algo más flexible en la aplicación de sanciones, especialmente en sectores menos digitalizados. No obstante, confiar en esta flexibilidad sería un error estratégico: lo que sí está garantizado es que a partir de 2026, las facturas que no cumplan con la normativa carecerán de validez legal. Por tanto, incluso aunque la AEAT dé cierto margen en la imposición de multas, la realidad es que cualquier autónomo que no se haya adaptado tendrá problemas inmediatos para justificar sus ingresos y para que sus clientes acepten sus facturas.
Impacto diferenciado según el perfil de autónomo
El calendario, al ser común para todos, no distingue entre perfiles de autónomos. Sin embargo, el impacto será muy diferente según el volumen de facturación y la organización de cada profesional. Por ejemplo, un autónomo que emite unas pocas facturas al mes podrá adaptarse fácilmente a través de un software sencillo y económico que automatice la conexión con VeriFactu. En cambio, un autónomo con un volumen alto de clientes y operaciones necesitará una solución más robusta, posiblemente con integración contable y módulos de gestión avanzados. Lo mismo ocurre con las pymes, que deberán evaluar la compatibilidad de sus sistemas actuales y probablemente migrar a programas homologados que cumplan con todos los requisitos del Real Decreto 1007/2023.
En este sentido, el calendario común oculta una realidad práctica: la urgencia de adaptación es mayor para quienes emiten muchas facturas o dependen de clientes empresariales que exigirán facturas electrónicas válidas desde el primer día. Estos autónomos no pueden esperar a 2026 para empezar a buscar soluciones, sino que deberían comenzar cuanto antes a probar programas homologados y preparar la transición.
Conclusión sobre el calendario
En definitiva, el calendario de implantación de VeriFactu marca dos fechas clave: 2025 para grandes empresas y 2026 para autónomos y pymes. No hay excepciones ni prórrogas previstas, y cualquier factura que no cumpla con la normativa dejará de tener validez a partir de esos años. Para los autónomos, esto significa que deben comenzar ya a planificar la transición hacia la facturación electrónica homologada, de modo que lleguen preparados al momento en que la obligación sea exigible. Cuanto antes se adapten, menos problemas tendrán con clientes, con la Agencia Tributaria y con el cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
Cómo funciona VeriFactu paso a paso
Entender el funcionamiento de VeriFactu es clave para que los autónomos sepan qué esperar en 2026 y puedan anticipar los cambios en su día a día. Aunque pueda parecer un sistema complejo, en realidad el proceso está diseñado para ser sencillo desde la perspectiva del usuario final. La mayor parte de la carga técnica recae sobre los programas de facturación homologados, que serán los responsables de generar los ficheros electrónicos en el formato adecuado y transmitirlos automáticamente a la Agencia Tributaria. No obstante, conocer cómo funciona el sistema paso a paso permite comprender por qué es obligatorio y qué beneficios y limitaciones conlleva.
1. Emisión de la factura
El proceso comienza como siempre: el autónomo presta un servicio o vende un producto y necesita emitir una factura para su cliente. Hasta ahora podía redactarla en un procesador de textos, en una hoja de cálculo o en un software contable sin conexión con Hacienda. Con VeriFactu, en cambio, la factura debe generarse en un software homologado por la Agencia Tributaria, que cumpla con los requisitos del Real Decreto 1007/2023. Este software incluye plantillas adaptadas al formato FacturaE, el estándar oficial en España. El autónomo introduce los datos básicos: número de factura, fecha, identificación del cliente (NIF, nombre o razón social), descripción del servicio o producto, importe, impuestos aplicables (IVA, IRPF en caso de profesionales), base imponible y total.
El software se encarga de estructurar estos datos en el fichero electrónico requerido. A ojos del autónomo, la experiencia es similar a la de rellenar un formulario en pantalla, pero en el fondo el programa está creando un archivo XML que incluye todos los campos exigidos por Hacienda en un formato legible por máquinas y validable de manera automática.
2. Generación del fichero FacturaE
Una vez completados los datos, el software convierte la información en un fichero FacturaE. Este formato no es un simple PDF ni una imagen digital de la factura, sino un archivo XML estructurado que cumple con los estándares del Ministerio de Hacienda. El FacturaE garantiza tres aspectos fundamentales:
- Autenticidad del origen, asegurando que el emisor de la factura es quien dice ser.
- Integridad de los datos, de manera que no puedan alterarse sin dejar rastro.
- Legibilidad del documento, ya que el fichero puede ser visualizado en un visor específico aunque esté diseñado para ser leído por sistemas informáticos.
El FacturaE contiene todos los elementos de la factura, desde los datos fiscales hasta el desglose de impuestos. Aunque el cliente pueda recibir un PDF para mayor comodidad, la verdadera factura válida a efectos legales será el fichero XML generado por el software.
3. Transmisión automática a VeriFactu
Aquí se encuentra la gran novedad: en el mismo momento en que la factura se expide, el software envía una copia del fichero FacturaE a VeriFactu, el repositorio central de la Agencia Tributaria. Esta transmisión se realiza de manera automática y segura, sin que el autónomo tenga que intervenir manualmente. El programa establece una conexión con los servidores de la AEAT y registra la factura en tiempo real. De esta manera, Hacienda dispone inmediatamente de toda la información necesaria sobre la operación: quién la emitió, a quién se dirige, cuál es el importe, qué impuestos se aplican y en qué fecha se expidió.
Este paso es fundamental porque elimina cualquier posibilidad de manipulación posterior. En los modelos tradicionales, el autónomo podía emitir una factura y guardarla sin comunicarla a Hacienda hasta que presentaba sus declaraciones periódicas. Ahora, con VeriFactu, esa opción desaparece: cada factura queda registrada en el instante de su emisión, lo que impide “guardar en un cajón” documentos no declarados.
4. Registro en Hacienda
Una vez recibida la factura, la Agencia Tributaria la almacena en sus servidores y la asocia al contribuyente emisor. Esto garantiza que, en cualquier momento, Hacienda pueda consultar todas las facturas emitidas por un autónomo y cruzarlas con las facturas recibidas por sus clientes. Este cruce de información será clave en el futuro para simplificar el cumplimiento de obligaciones fiscales como el Modelo 303 del IVA trimestral o la declaración del IRPF. En la práctica, Hacienda tendrá un libro de registro actualizado en tiempo real de cada autónomo, lo que reducirá discrepancias y aumentará la seguridad jurídica de ambas partes.
5. Entrega al cliente
Aunque el corazón del proceso está en la transmisión a VeriFactu, el cliente sigue recibiendo la factura como siempre. El software puede generar un PDF visualmente amigable que se envía por correo electrónico, o bien ofrecer la descarga a través de una plataforma digital. Sin embargo, la validez fiscal de la factura no depende del PDF, sino del fichero FacturaE transmitido a Hacienda. De esta forma, aunque el cliente conserve un PDF, lo que realmente importa es que la AEAT ya dispone de la versión oficial registrada.
Ejemplo práctico: un diseñador autónomo
Imaginemos el caso de Ana, una diseñadora gráfica autónoma que trabaja para varias pymes. En febrero de 2026, Ana realiza un proyecto de identidad visual para un cliente y debe emitir la correspondiente factura. Ana abre su software de facturación homologado, introduce los datos del cliente, describe el servicio, aplica un 21 % de IVA y retiene un 15 % de IRPF, dado que se trata de una actividad profesional. Una vez que pulsa “emitir factura”, el programa genera automáticamente el archivo FacturaE con todos los datos estructurados. En ese mismo instante, el software transmite el fichero a VeriFactu, que lo registra en la base de datos de la Agencia Tributaria. El cliente de Ana recibe un PDF en su correo con la factura, pero Hacienda ya tiene registrada la operación. A efectos legales, la factura queda inalterablemente vinculada al NIF de Ana y no puede ser modificada ni borrada.
Ejemplo práctico: un fontanero autónomo
Pongamos otro caso: José, un fontanero autónomo que repara una instalación en el domicilio de un cliente particular. José emite una factura de 150 euros más IVA. Aunque el receptor sea un consumidor final, José sigue estando obligado a registrar la factura en VeriFactu, porque el sistema controla todas las operaciones de facturación de los autónomos, no solo las que son entre empresas. El cliente recibe un documento PDF con la factura, pero Hacienda ya dispone del fichero FacturaE que recoge todos los datos. Esto significa que, incluso en operaciones B2C, la AEAT tendrá un control exhaustivo de la facturación.
Ejemplo práctico: cruce de información entre empresas
Por último, consideremos una operación entre dos empresas. Una asesoría emite una factura a una pyme por la prestación de servicios contables. La factura se registra en VeriFactu como ingreso para la asesoría y, al mismo tiempo, se reflejará como gasto deducible para la pyme receptora. De esta manera, Hacienda puede cruzar automáticamente la información y detectar cualquier discrepancia. Si la pyme intenta deducir una factura que no esté registrada en VeriFactu, la AEAT lo detectará inmediatamente y rechazará la deducción.
Beneficios del funcionamiento en tiempo real
El hecho de que el proceso sea automático y en tiempo real aporta varias ventajas. Para Hacienda, supone un control total sobre la facturación en España y la reducción del fraude. Para los autónomos, significa mayor seguridad jurídica: si una factura está en VeriFactu, no hay duda de que cumple con los requisitos legales. Además, en el futuro, la existencia de un registro en tiempo real permitirá a la Agencia Tributaria ofrecer borradores de declaraciones de IVA similares a los borradores de la renta, reduciendo la carga administrativa de los autónomos.
Limitaciones y retos del sistema
Sin embargo, el funcionamiento en tiempo real también plantea retos. Los autónomos necesitarán conexión a internet en el momento de emitir las facturas, y deberán asegurarse de que el software que utilicen esté siempre actualizado y homologado. Además, este nivel de control reduce el margen de maniobra en caso de errores: si se comete un fallo en una factura, habrá que emitir una factura rectificativa, ya que la original ya estará registrada en Hacienda. Esto obligará a ser mucho más cuidadosos en la emisión inicial y a conocer mejor los procedimientos de corrección previstos en la normativa.
En resumen, el funcionamiento de VeriFactu sigue una secuencia clara: el autónomo emite la factura → el software genera un fichero FacturaE → el fichero se transmite automáticamente a la Agencia Tributaria → Hacienda lo registra en su sistema → el cliente recibe el documento. Este ciclo elimina cualquier posibilidad de manipulación y sitúa a la Administración en el centro del control de la facturación en España. Para los autónomos, el reto no será tanto técnico como cultural: acostumbrarse a que cada factura que emiten queda registrada en Hacienda en tiempo real y no puede ser ignorada ni pospuesta.
FacturaE explicado a fondo
Para comprender plenamente el alcance de VeriFactu es necesario detenerse en el concepto de FacturaE, ya que este formato será el estándar que deberán utilizar todos los autónomos en España a partir de 2026. Mientras que VeriFactu es el sistema de la Agencia Tributaria que recibe y valida las facturas electrónicas en tiempo real, FacturaE es el lenguaje común que permite que esas facturas puedan ser interpretadas automáticamente por cualquier sistema informático. En otras palabras, FacturaE es la gramática y VeriFactu es el destinatario. Sin el primero, el segundo no podría funcionar correctamente, ya que la administración necesita un formato único y homogéneo para recibir millones de facturas diarias sin depender de interpretaciones subjetivas ni de documentos en formatos diversos.
El formato FacturaE fue aprobado en España en 2007 y desde entonces se ha utilizado principalmente en las relaciones con la Administración Pública, especialmente en el ámbito B2G (business to government). De hecho, cualquier empresa que haya emitido facturas electrónicas a un organismo público ya ha trabajado con FacturaE, aunque muchos autónomos y pequeñas empresas todavía lo desconocen. La diferencia es que, hasta ahora, su uso no era obligatorio en las operaciones entre privados (B2B o B2C). Con la Ley Crea y Crece y el Real Decreto 1007/2023, esto cambia radicalmente: a partir de 2026, todas las facturas que emitan los autónomos deberán estar en formato FacturaE y transmitirse automáticamente a VeriFactu. Por tanto, es fundamental conocer cómo funciona y qué implicaciones tiene.
Características principales de FacturaE
FacturaE es un formato XML (eXtensible Markup Language), lo que significa que se trata de un archivo de texto estructurado que organiza la información en etiquetas jerárquicas. Cada campo de la factura (número, fecha, emisor, receptor, base imponible, impuestos, etc.) tiene su propia etiqueta, lo que permite que los sistemas informáticos lean y validen el contenido sin intervención humana. Esta característica aporta tres ventajas fundamentales:
- Estandarización: todas las facturas siguen la misma estructura, lo que facilita su tratamiento automático por parte de la Administración y de los softwares de gestión.
- Validación: la AEAT puede comprobar automáticamente si una factura cumple con los requisitos legales, ya que los campos están definidos de forma estricta.
- Seguridad jurídica: al ser un formato estructurado y firmado digitalmente, garantiza la autenticidad e integridad de la información.
Contenido de una factura en FacturaE
Una factura en formato FacturaE incluye, al menos, los siguientes bloques de información:
- Datos generales: número y serie de la factura, fecha de expedición, lugar de emisión.
- Datos del emisor: NIF, nombre o razón social, domicilio fiscal, código postal y país.
- Datos del receptor: NIF o identificación equivalente, nombre o razón social, dirección.
- Líneas de detalle: descripción del producto o servicio, cantidad, precio unitario, descuentos, importe total de cada línea.
- Totales: base imponible, tipo de IVA aplicado, cuota de IVA, retención de IRPF (en caso de profesionales), total de la factura.
- Forma de pago: transferencia bancaria, tarjeta, domiciliación, etc.
- Firma electrónica: para garantizar autenticidad e integridad.
Es importante recalcar que FacturaE no es un simple archivo con texto libre. Cada uno de estos campos está claramente definido en el esquema XML y debe cumplirse de manera estricta. Si falta un campo obligatorio o si los datos no cumplen con el formato esperado, la factura será rechazada por el sistema.
Ejemplo simplificado de FacturaE
Para ilustrar mejor cómo funciona, veamos un ejemplo muy simplificado de cómo se vería una factura en formato FacturaE:
<Facturae>
<FileHeader>
<SchemaVersion>3.2.2</SchemaVersion>
<Modality>I</Modality>
<InvoiceIssuerType>EM</InvoiceIssuerType>
</FileHeader>
<Parties>
<SellerParty>
<TaxIdentification>
<PersonTypeCode>J</PersonTypeCode>
<ResidenceTypeCode>R</ResidenceTypeCode>
<TaxIdentificationNumber>B12345678</TaxIdentificationNumber>
</TaxIdentification>
<LegalEntity>
<CorporateName>Diseño Creativo SL</CorporateName>
<AddressInSpain>
<Address>Gran Vía 123</Address>
<PostCode>28013</PostCode>
<Town>Madrid</Town>
<Province>Madrid</Province>
<CountryCode>ESP</CountryCode>
</AddressInSpain>
</LegalEntity>
</SellerParty>
<BuyerParty>
<TaxIdentification>
<PersonTypeCode>F</PersonTypeCode>
<ResidenceTypeCode>R</ResidenceTypeCode>
<TaxIdentificationNumber>12345678Z</TaxIdentificationNumber>
</TaxIdentification>
<Individual>
<Name>Carlos</Name>
<FirstSurname>López</FirstSurname>
</Individual>
</BuyerParty>
</Parties>
<Invoices>
<Invoice>
<InvoiceHeader>
<InvoiceNumber>2026-001</InvoiceNumber>
<InvoiceSeriesCode>A</InvoiceSeriesCode>
<InvoiceDocumentType>FC</InvoiceDocumentType>
<InvoiceClass>OO</InvoiceClass>
</InvoiceHeader>
<InvoiceIssueData>
<IssueDate>2026-02-15</IssueDate>
<OperationDate>2026-02-15</OperationDate>
<PlaceOfIssue>
<PostCode>28013</PostCode>
</PlaceOfIssue>
</InvoiceIssueData>
<InvoiceTotals>
<TotalGrossAmount>1000.00</TotalGrossAmount>
<TotalTaxOutputs>210.00</TotalTaxOutputs>
<TotalGeneralSurcharges>0.00</TotalGeneralSurcharges>
<TotalTaxesWithheld>0.00</TotalTaxesWithheld>
<InvoiceTotal>1210.00</InvoiceTotal>
</InvoiceTotals>
</Invoice>
</Invoices>
</Facturae>
Este ejemplo muestra la lógica del formato: cada dato de la factura aparece en una etiqueta específica y estructurada, lo que facilita que Hacienda pueda procesarlo automáticamente. En la práctica, el fichero incluye muchos más campos y validaciones, pero esta muestra sirve para entender la filosofía detrás del sistema.
Versiones de FacturaE
Actualmente, la versión más extendida es la 3.2.2, que incorpora compatibilidad con la directiva europea de facturación electrónica. Es la que se utilizará también en la integración con VeriFactu. El Ministerio de Hacienda ofrece un validador de FacturaE en su página web, donde cualquier usuario puede cargar un fichero y comprobar si cumple con el esquema oficial. Esto resulta especialmente útil para desarrolladores y empresas que quieran asegurarse de que sus programas de facturación generan archivos correctos.
FacturaE y los autónomos
Para los autónomos, el hecho de que las facturas deban estar en formato FacturaE implica que no será posible seguir emitiendo documentos sin estructura electrónica. Aunque puedan entregar a sus clientes un PDF o incluso un documento impreso, la verdadera factura válida será el fichero XML transmitido a Hacienda. Esto significa que los autónomos deberán utilizar sí o sí un software que genere FacturaE de manera automática. No será viable intentar crear estos archivos manualmente, ya que su complejidad técnica lo hace inviable en el día a día.
Además, el uso de FacturaE permitirá que las facturas se integren con otros sistemas, como la contabilidad, la tesorería o incluso la banca electrónica. Por ejemplo, una factura emitida en FacturaE puede conectarse con un sistema de cobro mediante domiciliación bancaria, facilitando la automatización de los pagos. Esta interoperabilidad será una de las grandes ventajas del nuevo sistema para quienes sepan aprovecharlo.
Personalización y diseño en FacturaE
Una duda habitual entre los autónomos es si podrán seguir personalizando sus facturas con logotipos, colores corporativos o diseños atractivos. La respuesta es sí, pero con matices. El fichero FacturaE es un XML estructurado que no admite elementos gráficos. Sin embargo, los softwares de facturación pueden generar automáticamente un PDF visual a partir del FacturaE, y es en ese PDF donde se puede aplicar diseño personalizado. De este modo, el cliente recibe una factura con aspecto profesional, mientras que Hacienda recibe el fichero estructurado sin elementos visuales. Esto significa que la personalización seguirá siendo posible, pero siempre como capa adicional, no como parte del documento oficial transmitido a VeriFactu.
En definitiva, FacturaE es el pilar técnico sobre el que se asienta todo el sistema de facturación electrónica en España. Su obligatoriedad a partir de 2026 implica que todos los autónomos deberán emitir facturas en este formato y transmitirlas a VeriFactu. Aunque a primera vista pueda parecer un lenguaje complicado, la realidad es que los programas de facturación se encargarán de generarlo de manera automática. El reto para los autónomos no será aprender XML, sino elegir un software adecuado que garantice que sus facturas cumplen con el estándar y que la transmisión a la Agencia Tributaria se realiza de manera correcta y sin errores.
Impacto de VeriFactu en los impuestos de los autónomos
Uno de los aspectos que más inquieta a los autónomos con la llegada de VeriFactu es cómo afectará a sus obligaciones fiscales. Emitir facturas en formato electrónico estructurado y transmitirlas en tiempo real a la Agencia Tributaria no es un simple cambio de soporte, sino que transforma de raíz la manera en la que los profesionales deberán declarar el IVA, calcular el IRPF y enfrentarse a una posible inspección. Si hasta ahora la gestión de impuestos estaba en manos del propio autónomo o de su asesoría, con VeriFactu la AEAT dispondrá en tiempo real de los datos de todas las operaciones. Esto implica tanto ventajas como obligaciones adicionales que conviene analizar con detalle.
El Modelo 303 de IVA trimestral bajo VeriFactu
El Modelo 303 es la declaración trimestral del IVA que todos los autónomos deben presentar en España, salvo contadas excepciones. A través de este formulario, el profesional declara el IVA repercutido en sus ventas y resta el IVA soportado en sus compras, ingresando la diferencia en Hacienda. Hasta ahora, el proceso dependía en gran medida de la organización interna del autónomo: guardar facturas de ventas y gastos, llevar un libro de IVA manual o informatizado, sumar las bases imponibles y presentar el modelo. Con VeriFactu, este esquema cambia radicalmente, ya que Hacienda recibirá de manera automática todas las facturas emitidas y, en el futuro, también podría recibir de forma inmediata las facturas recibidas mediante sistemas de interconexión entre empresas.
Esto significa que la Agencia Tributaria podrá cruzar automáticamente la información del IVA repercutido y soportado. Si un autónomo declara un IVA repercutido inferior al que aparece en VeriFactu, el sistema lo detectará de inmediato. Lo mismo ocurrirá con el IVA soportado: si alguien intenta deducir una factura que no consta en el sistema, Hacienda podrá rechazarla. En la práctica, esto obligará a los autónomos a llevar un control más exhaustivo y ordenado de sus gastos, ya que solo serán deducibles aquellas facturas que cumplan con la normativa y estén registradas en el sistema. La consecuencia positiva es que se reducirán los errores y las discrepancias, pero también se reducirá el margen de maniobra para quienes hasta ahora podían permitirse ciertos descuidos en la gestión del IVA.
Declaración del IRPF y módulos
El impacto de VeriFactu no se limita al IVA. También influirá en la declaración del IRPF, tanto en estimación directa como en módulos. En el caso de la estimación directa, la información de los ingresos quedará automáticamente registrada en Hacienda, de manera que la AEAT podrá calcular con precisión los rendimientos netos del autónomo. Esto significa que la declaración anual de la renta estará mucho más fiscalizada y que será difícil ocultar ingresos o cometer errores en la imputación. En el caso de los autónomos en módulos, aunque la tributación se base en parámetros objetivos (metros cuadrados del local, número de empleados, consumo eléctrico, etc.), la Agencia Tributaria también tendrá acceso a la facturación real, lo que facilitará la detección de incongruencias entre la actividad declarada y los ingresos registrados.
De hecho, no se descarta que en el futuro VeriFactu sirva para revisar el propio sistema de módulos. Si Hacienda comprueba que los ingresos reales de determinados sectores superan con creces lo que tributan bajo módulos, es probable que se impulse una reforma que reduzca o elimine esta modalidad de tributación. Por tanto, el impacto de VeriFactu en el IRPF va más allá de lo inmediato y puede tener consecuencias estructurales en el medio plazo.
Inspecciones fiscales más rápidas y automáticas
Otro de los cambios más relevantes con la implantación de VeriFactu será la forma en la que se llevan a cabo las inspecciones fiscales. Hasta ahora, cuando Hacienda abría una inspección, pedía al autónomo que aportara sus libros de facturas emitidas y recibidas, sus declaraciones trimestrales y anuales, y cualquier otra documentación relevante. Con VeriFactu, la AEAT ya dispondrá de la mayoría de esta información desde el primer momento. Esto significa que las inspecciones serán más rápidas, más automáticas y con menos margen de negociación.
Un inspector no necesitará solicitar las facturas emitidas, ya que las tendrá en su sistema. En caso de discrepancia, será el autónomo quien deba justificar la diferencia, aportando documentación adicional o explicando la situación concreta. Esto supone una ventaja para quienes trabajan de manera transparente, ya que el proceso será más ágil, pero también un riesgo para quienes cometían errores o irregularidades: la Administración podrá detectarlos en tiempo real y sin esfuerzo adicional.
Posible borrador del IVA en el futuro
Una de las consecuencias positivas más esperadas de la implantación de VeriFactu es la posibilidad de que la Agencia Tributaria pueda ofrecer en el futuro un borrador del Modelo 303, al estilo del borrador de la renta. Si Hacienda ya tiene todas las facturas registradas, tanto emitidas como recibidas, podrá calcular automáticamente el IVA repercutido y soportado y presentar al autónomo un borrador con la autoliquidación lista para confirmar. Esto reduciría de manera drástica la carga administrativa de los autónomos y facilitaría el cumplimiento voluntario. Aunque todavía no está implantado, el propio Ministerio de Hacienda ha señalado que es un objetivo a medio plazo, siguiendo el modelo del SII aplicado a las grandes empresas.
Cambios en la relación con las gestorías
La implantación de VeriFactu también afectará a la relación entre los autónomos y sus gestorías o asesores fiscales. Hasta ahora, muchas gestorías recibían las facturas de sus clientes en formato PDF o incluso en papel y se encargaban de registrarlas manualmente en sus sistemas contables. Con VeriFactu, ese trabajo de introducción manual perderá sentido, ya que Hacienda ya dispondrá de los registros electrónicos en tiempo real. El papel de las gestorías se orientará más a la revisión, el asesoramiento estratégico y la planificación fiscal, dejando atrás las tareas repetitivas de mecanización. Esto no significa que las gestorías desaparezcan, sino que deberán adaptarse a un modelo más tecnológico, en el que se conecten directamente con las plataformas de facturación de sus clientes.
Riesgos de errores y necesidad de facturas rectificativas
Un aspecto que los autónomos deben tener muy presente es que, con VeriFactu, cada factura emitida queda registrada en Hacienda desde el primer momento. Esto significa que, si se comete un error en una factura, no podrá simplemente corregirse borrando el documento y emitiendo uno nuevo, como ocurría en muchos casos hasta ahora. La única vía será emitir una factura rectificativa, en la que se corrija expresamente el error cometido en la factura original. Esto exigirá mayor atención en el momento de emitir la factura y un conocimiento más claro de cómo funcionan las rectificaciones según la normativa. La buena noticia es que los programas homologados de facturación como Factibo ya incluyen funciones específicas para generar facturas rectificativas de manera sencilla.
Transparencia total: menos margen para la economía sumergida
Por último, no puede obviarse que el principal objetivo de VeriFactu es reducir la economía sumergida. España ha tenido tradicionalmente un volumen significativo de facturación no declarada, especialmente en sectores como la hostelería, las reformas o los servicios profesionales. Con VeriFactu, cada factura quedará registrada en tiempo real en Hacienda, lo que elimina la posibilidad de ocultar ingresos. Esto aumentará la recaudación y fomentará la competencia leal entre quienes declaran todos sus ingresos y quienes no lo hacían. Para los autónomos que siempre han cumplido con la ley, el sistema no supondrá más que un cambio en las herramientas utilizadas. Para quienes operaban parcialmente fuera del radar, el impacto será mucho mayor, ya que la opacidad desaparecerá.
En definitiva, el impacto de VeriFactu en los impuestos de los autónomos será profundo. El Modelo 303 de IVA se volverá más automático y controlado, el IRPF estará más fiscalizado, las inspecciones serán más rápidas y habrá menos margen de error o de fraude. Aunque esto exige una mayor disciplina y una adaptación cultural, también abre la puerta a un futuro en el que las declaraciones fiscales sean más sencillas y menos cargadas de trabajo burocrático. El reto para los autónomos es anticiparse a estos cambios y adoptar cuanto antes sistemas de facturación homologados que les permitan cumplir con la normativa sin sobresaltos.
Conclusión: el futuro de la facturación de autónomos pasa por VeriFactu
La implantación de VeriFactu en 2026 marcará un antes y un después en la forma en que los autónomos españoles entienden su relación con Hacienda, con sus clientes y con la gestión de su propio negocio. Hasta ahora, cada profesional podía elegir cómo organizar sus facturas, en muchos casos recurriendo a soluciones improvisadas como plantillas de Excel o programas básicos que no estaban conectados con la Agencia Tributaria. Esa época llega a su fin: a partir de la fecha de obligatoriedad, la única forma válida de facturar será mediante un software homologado que genere documentos en formato FacturaE y los transmita automáticamente al sistema de control de la AEAT. VeriFactu no es un complemento opcional ni una simple recomendación: es la nueva norma de juego que afectará a todos los profesionales por igual, desde un gran despacho hasta un trabajador autónomo que emite unas pocas facturas al año.
Este cambio puede percibirse inicialmente como una imposición dura, pero también debe interpretarse como una oportunidad de modernización. El hecho de que Hacienda reciba las facturas en tiempo real permitirá reducir el fraude, fomentar la competencia leal y mejorar la transparencia del mercado. Para los autónomos que siempre han cumplido con sus obligaciones, VeriFactu será sobre todo un mecanismo de simplificación: sus declaraciones de IVA y sus impuestos estarán más claros, las inspecciones serán más rápidas y, con el tiempo, incluso podrán beneficiarse de borradores automáticos de declaraciones fiscales. Para los clientes, la factura electrónica supondrá una mayor seguridad y profesionalidad, ya que recibirán documentos plenamente válidos y reconocidos por la Administración. En conjunto, el sistema busca construir un ecosistema económico más eficiente, transparente y digital.
El reto, por tanto, no está en resistirse al cambio, sino en adaptarse con inteligencia. Los autónomos deben entender que no bastará con seguir haciendo lo mismo de siempre, sino que será imprescindible contar con un programa de facturación certificado, capaz de cumplir con el formato FacturaE y de conectarse automáticamente a VeriFactu. Aquellos que intenten retrasar la adaptación se arriesgan a sanciones, a la invalidez de sus facturas y a problemas con clientes que solo aceptarán documentos conformes con la ley. En cambio, quienes se anticipen, adopten herramientas modernas y se acostumbren a este sistema antes de 2026, llegarán a la fecha clave con ventaja, evitando sobresaltos y disfrutando de procesos mucho más ágiles.
En este contexto, soluciones como Factibo se convierten en aliados imprescindibles. Nuestro software ha sido diseñado específicamente para autónomos y pequeñas empresas que quieren cumplir con la normativa sin complicaciones técnicas. Con Factibo puedes emitir facturas en segundos, transmitirlas automáticamente a la Agencia Tributaria a través de VeriFactu, calcular el IVA y el IRPF de manera automática y disponer de informes claros que te ayudan a presentar el Modelo 303 sin errores. Además, nuestro panel intuitivo está pensado para profesionales que buscan simplicidad, y nuestra infraestructura en la nube garantiza que nunca pierdas una factura ni tengas que preocuparte por copias de seguridad.
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